Estaba leyendo un artículo sobre la “inteligencia artificial” de los antagonistas en el primer juego The Last of Us, y creo que hay algo que se aplica al 90% de lo que la industria llama inteligencia artificial:
“[…] para hacer que los infectados se sientan realistas, entretenidos y creíbles.
La mejor manera de lograr estos objetivos es hacer que nuestros personajes no sean estúpidos antes de hacerlos inteligentes. Los personajes dan la ilusión de inteligencia cuando se colocan en configuraciones bien pensadas, responden al jugador, reproducen animaciones y sonidos convincentes y se comportan de maneras interesantes.
Botta, Mark. Infected AI in The Last of Us, Game AI Pro 2 – Collected Wisdom of Game AI – edited by Rabin, Steven.
Cambie los personajes infectados por inteligencia artificial o el nombre de un producto de IA y también se aplica: mucho de lo que se llama inteligencia artificial es solo automatización que actúa aparentemente de manera menos estúpida.
No es un problema para una persona o empresa gastar dinero en esto, incluso cuando los beneficios son nebulosos, inciertos o incluso inexistentes. Pero cuando empieza a aplicarse acríticamente en el ámbito público civil, incluso en decisiones judiciales que pueden estar basadas en la ficción, hay que poner freno. La mistificación y la estupidez, aunque estén bien disimuladas, son aceptables en el ámbito privado. En las políticas públicas y el sistema de justicia, no lo es.